Un sorpresivo encuentro con su propia memoria revivió Guillermo Zavala Urzúa al observar una fotografía tomada por la policía federal de Argentina al llegar asilado a dicho país y que se exhibe en la exposición “Memorias encontradas. Entre la solidaridad y la persecución” que tiene lugar en la sede de la Fundación Víctor Jara. La muestra contiene un total de 376 fotografías prontuariales que incluyen datos filiatorios, fecha de ingreso de chilenos y uruguayos que residían en Chile, por entonces, escapando de la dictadura que se impuso en Uruguay ( 27 de junio de 1973).
A propósito de los 50 años de los golpes de Estado en Chile y Uruguay y 40 del retorno de la democracia en Argentina, esta iniciativa, organizada por la Comisión Memoria de la Provincia de Buenos Aires, se propone abrir una reflexión de la solidaridad, resistencia y el horror de las dictaduras del cono sur en los años 70 y destino de las democracias alcanzadas. Según una lista elaborada por el entonces secretario de la embajada en Chile, Argentina otorgó asilo a un total de 826 personas, entre chilenos y personas procedentes de países latinoamericanos y europeos, quienes visitaban Chile con objetivos de observar la experiencia del gobierno de la Unidad Popular.
Guillermo Zavala (25 años) ingresó el 25 de septiembre de 1973 a la sede diplomática de Argentina en Chile, aprovechando un momento en que un funcionario del personal de aseo abrió la puerta de servicio con el fin de sacar la basura a la calle. Arriesgando su vida, en medio de una guardia de carabineros y militares, caminaba por ahí, buscando una oportunidad para entrar por lo que apenas se abrió la puerta, rápidamente saltó hacia el lado de los jardines, procediendo a continuación a gritar: «Estoy asilado». «Estoy asilado». En muchas ocasiones, carabineros disparó contra quienes intentaron asilarse, saltando los muros y o tratar de entrar por la puerta principal y o de servicio para escapar de la represión y la muerte. Tres años después, se refugió con su familia en la embajada de Cuba, país donde permanece ocho años y luego dos en Nicaragua, regresando finalmente a Chile apenas le levantaron la prohibición de ingreso en 1983. Militaba en el Partido Socialista, tenía a su cargo el Frente de Masas de la sexta comuna (Recoleta) y la presidencia del Cordón Industrial Mapocho- Cordillera, que abarcaba los canales de televisión (7 y 9), la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y la empresa Editorial Quimantú, entre otras. También dirigía el -Taller Cerro- que se había transformado en un Centro Cultural que recibía a diversos artistas exiliados procedentes de Argentina, Uruguay y Brasil, todos ellos acogidos por el gobierno popular, pero sin apoyo material. A nivel territorial, en el barrio Bellavista, realizaba, además, una intensa labor comunitaria como coordinador de la Junta de Abastecimiento Popular, JAP.
Carmen, su compañera, fue una de las secretarias de Augusto Olivares, director de Canal 7 de Televisión, periodista que se suicidó en el palacio de gobierno durante el brutal bombardeo del 11 de septiembre de 1973.
Myriam Carmen Pinto en Santiago, Chile, septiembre 2023