AFROCHILENOS – De allá vengo yo.

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En Chile también hay afrodescendientes. Aún no se sabe cuantos son, pero se estima representan el 3% de la población en la Región de Arica y Parinacota.

Desde hace un par de años atrás,  se han hecho visibles tanto en Arica y en Azapa, donde residen mayoritariamente. Desde aquí se han proyectado hacia todo el espacio público del país… dan a conocer su presencia, solicitan ser reconocidos como tales e incluidos en el Censo que se realiza en Chile el año 2012.

Llegaron a Chile en los tiempos de la conquista. Eran esclavos y cumplían funciones de servicios. Desde  entonces y  el período de la colonia, cuando Arica era parte del virreinato del Perú, los afrodescendientes aún mantienen sus ritos y fiestas religiosas, agrupándose en clanes familiares. Todo ello pese a las nuevas fronteras y el proceso de chilenización que practicamente los niega, invisibilizando sus costumbres y tradiciones.

En los últimos años, poco a poco salen a las calles y toman espacios públicos. Se expresan a través de sus bailes en las fiestas religiosas; la Virgen de las Peñas,  la Cruz de Mayo, la fiesta de Pascua de Negros, y los carnavales del verano.

A nivel organizativo, en la región de Arica y Parinacota, se representan en la  «Alianza Afrochilena»  que reúne a cinco organizaciones ciudadanas que los aglutinan en torno a sus aspiraciones e intereses artísticos, sociales y comunitarios. Se trata de la ong Oro Negro y los colectivos «Lumbanga»,  «Comparsa», » Mujeres Luanda», y «Adultos Mayores Rincón Africano».

La presencia afro en Chile, como en toda Iberoamérica,  responde a la práctica de Trata Esclavista;  su  llegada forzada, desde África a las Américas, luego de ser vendidos y comprados, una mercaderia humana que fomentan los comerciantes de España, Portugal, e Inglaterra, potencias europeas de la época.

En Chile, sus ancestros se remontan a los tiempos de la conquista, incluso ya como parte del ejército descubridor de Diego de Almagro (1536). El historiador Armando de Ramón señala: “El grueso del ejército [de Almagro], formado por hombres de origen plebeyo, es el que menos rastros ha dejado en los documentos, así como los indios de servicios y negros esclavos, cuyo número es imposible fijar, debido a las grandes fluctuaciones a que estuvo sometido por deserciones, muertes y nuevos enganches”

Esto significa que no llegaron a las Américas como  migrantes voluntarios, ni en viajes de placer, aventuras  y búsquedas de oportunidades económicas. El ejercicio y prácticas de la trata de esclavos los trajo obligadamente hasta estas tierras; una realidad que se ha pretendido esconder porque en ella están involucradas las fuentes de poder de entonces.

En Chile, la esclavitud fue abolida en 1825.

En el siglo XVII, se focalizaron en el valle de Azapa,  procedentes de Angola, Kenia y El Congo. Su presencia está documentada en  el “Censo de Jáuregui”, el Censo de 1813 y  diversos estudios y relatos de cronistas de la época de la colonia.

A inicios de este período representaban no menos de un 7% de la población de entonces (Censo 1813).

«No somos pueblo originario»

María Victoria Salgado, dirigente de la organización «Oro Negro» y presidenta de la «Alianza Afrochilenos» sostiene que ellos no constituyen un pueblo originario como las etnias precolombinas, pero sí menciona que al igual que las comunidades indígenas, los mestizos y los criollos, conforman la base de la República de Chile.

Se han propuesto lograr ser reconocidos por el Estado y la sociedad. Luego de un sin fin de reuniones, lograron un avance inédito; en 2009 presentaron una moción de ley en el Congreso Nacional. También pidieron que el Censo del 2012 los incluya.  Hasta ahora no hay respuestas favorables.

Fotografias  Ronald Vergara y Organización Oro Negro. 1. Integrantes organización Oro Negro, 2.-  Familia afroariqueña, 3.- Marta Victoria Salgado, participando en la Conferencia Mundial de Durban.

GritoGRAFIAS. 27 de abril 2011.

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