Pascual, el viejo caballo percherón, que nació en el valle central de Chile y que suele pastar tranquilamente por las tierras de Lampa, donde su dueño lo deja en total libertad de acción durante el día, va a cumplir sus 20 largos años de edad.
Su vida ha transcurrido sin grandes novedades. Ha servido de transporte a varios jinetes, ha trabajado en el campo a veces bastante duramente, pero en general no se puede quejar. Ha envejecido, pero ha sido bien tratado y se alimenta bien, con los deliciosos pastos del lugar donde vive.
Pascual ha entendido que la fiesta comienza pronto. Ha visto un gran movimiento de huasos en los establos y se empiezan a preparar los arreos. Hasta su propia tranquilidad será interrumpida; esta vez tendrá que engalanarse para asistir jineteado por un Huaso de manta y espuelas bien entaquilladas, a la “gran Corrida de Cuasimodo”.
La colorida y alegre fiesta religiosa ( única en el mundo) se celebra en el valle Central de Chile cada año, el fin de semana siguiente a la Semana Santa . La celebración una de las más importantes de la Iglesia Católica de Chile, tiene su origen en los tiempos de la Colonia y se hizo muy popular durante la República, época en que los curas llevaban la comunión a los enfermos e inválidos hasta sus hogares, para que estos cumplieran la obligación, de comulgar al menos una vez al año. Así se hacían acompañar por grupos de jinetes voluntarios, para evitar ser asaltados por los bandidos, en los solitarios caminos rurales de la época.
Los preparativos de la tradicional Fiesta de Cuasimodo, se inicia los primeros días de Marzo; carretas, bicicletas, carretones y caballos son cuidadosamente adornados y engalanados con cintas de colores, flores y guirnaldas. La tradición indica que cada jinete debe llevar sobre su cabeza un pañuelo blanco símbolo de la pureza de los recién bautizados. Sus símbolos reconocidos por el Gobierno chileno como “monumentos nacionales” son tres esclavinas, un palio, una custodia y un coche.
Pascual ha envejecido, pero conoce de memoria el recorrido que hacen los más de 200 cuasimodistas de Lampa, que cada año visten el tradicional traje del huaso chileno y con alegres jaculatorias como “Santa Santo Santo es el señor Dios del espíritu santo, o Viva Cristo Rey, acompañan al párroco para entregar la comunión a los enfermos.
Seguramente , esta será la última corrida de Pascual, el viejo percherón. Sus últimos galopes por los prados del valle, luciendo los coloridos adornos para festejar otro Cuasimodo. Su despedida del huaso que lo ha montado cada año, llevándolo por las calles y caminos del campo. Ese mismo camino que recorren cientos de jinetes engalanados para celebrar cada año la tradicional fiesta de fe y religiosidad. Esa misma celebración que el Papa, Juan Pablo II en su visita a Chile en 1987 declaró como “ verdadero tesoro del pueblo”.
Por Nancy Monsalve, mayo 2011.