Bordar y escribir también es resistir, la historia de una foto

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Esta fotografía registra la huelga de hambre «Dónde están? realizada por familiares de detenidos desaparecidos en la capilla de don Bosco de la Gran Avenida en 1978 y la visita que les hiciera el cardenal Raúl Silva Henríquez (QEPD). Ayer, hablando con Vilma Montoya recordamos dicha acción cuando le conté que había acudido a reportear dicha huelga en los años de mi trabajo en Radio Chilena y ella me dijo que había participado y entonces me envió esta foto para ver si la reconocía cuando joven. Mirándola con detención me di cuenta que detrás del cardenal hay una mano que sostiene una grabadora, me emocioné muchísimo porque recordé mi chaqueta con los mismos bordados artesanales que allí aparecen por lo que obviamente pensé es mi mano. Después recordé a Marianela Ventura (QEPD), periodista del Boletín Solidaridad y a Carmen Reyes, colega de la radio, quiénes tenían una chaqueta igual o similar y por tanto podría ser o una u la otra o yo. A continuación, me detuve a mirar más detenidamente aún la foto en la parte de la grabadora para ver si lograba ver el nombre de Radio Chilena, pero lamentablemente me dí cuenta que nada más se deja ver.

Confieso que esta fotografía me emocionó y conmovió; sea o no sea yo, o sea o no sea Marianela o Carmencita, lo cierto es que yo estuve allí reporteando en esos años tan duros y crueles. Una de mis responsabilidades periodísticas era cubrir el quehacer del cardenal. Así como los periodistas siguen al presidente de la República, yo seguía al cardenal. Recuerdo que sus homilías eran verdaderos discursos de denuncia porque decía lo que nadie se atrevía en esos oscuros años. A veces hablaba con lágrimas en los ojos. Viviana Díaz, que fuera más adelante presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) es la del primer plano frente al cardenal y Vilma está marcada con el círculo. El padre Gustavo Ferraris también está en la fotografía, él hacía comentarios en el noticiero matinal de los días viernes sí no me equivoco. Por esos años, la radio pertenecía a la congregación Salesiana, la misma del cardenal y el padre Ferraris ( QEPD). «La voz de los sin voz» era la consigna de la radio, sin duda un lema que aún sigue vigente y se escucha por ahí cuando se trata y hay que sacar la voz. Pese a que la radio ya no existe, ahora es parte de la memoria colectiva.

Anita Altamirano que trabajara toda su vida de profesora, me contactó con Vilma para entrevistarla sobre la historia de la participación de las integrantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos ( AFDD) en la Plaza de la Dignidad y marcha con el lienzo de arpillera y su demanda bordada «Por Verdad y Justicia y Fin a la Represión», respondiendo a la convocatoria de la Coordinadora 8M, a propósito del 8 de marzo, día Internacional de la Mujer sumada a las actividades por entonces autoconvocadas «Mil agujas por la Dignidad» y «Ojos bordados», está última una expresión de rechazo a la práctica de las fuerzas especiales de carabineros que disparan balines y bombas lacrimógenas a los ojos durante las manifestaciones, dejando en lo que va corrido de los meses a más de 400 personas con trauma ocular y dos completamente ciegas (Gustavo Gática y Fabiola Campillai). Fue una de sus protestas solidarias para con las víctimas de la represión del estallido social y sus familias; una historia que incluiré en mi próximo libro y parte del relato de esta foto. Lo más curioso de todo es que Vilma hasta ahora no se había dado cuenta que detrás del obispo cardenal había una mano con una grabadora, o sea no había visto mi mano o la de Marianela o Carmencita. Los familiares pusieron fin a su huelga, gracias a la intermediación realizada por el cardenal, quién logró un principio de acuerdo para que el régimen militar entregara una respuesta del paradero de los detenidos desaparecidos, una promesa que nunca cumplieron. Anita aún no conoce el destino de su marido Juan Gianelli. Vilma y Viviana, tampoco de sus padres, Raúl Montoya y Víctor Díaz, todos ellos dirigentes y militantes del partido Comunista, detenidos y hechos desaparecer en 1976. Habían firmado una declaración pública en la que planteaban el rechazo de sus organizaciones al modelo neoliberal que empezaba a dar sus primeras señales con el despido de trabajadores y cierre de industrias y fábricas. Una historia bordada con hilos de la historia bordada, por bordar y abordar porque bordar y escribir también es resistir.
Fotografías tomadas de Facebook de Arpilleras por la Memoria de Bélgica Castro, artista, quién aún trabaja este arte de manera intacta al que realizaba el grupo de arpilleras que  reunió durante los años de la dictadura a familiares de detenidos desaparecidos para narrar con bordados de lanas colores y retazos de géneros sus historias de búsqueda de sus seres queridos. La última fotografía muestra uno de sus obras que trajo desde Malmo, Suecia, donde reside, dedicándose a enseñar esta técnica en talleres  dirigidos a niños, jóvenes y adultos. Raúl San Martín, su marido fue detenido el 6 de octubre de 1973 cuando intentaba asilarse en la Embajada de Argentina desde una muralla colindante del hospital San Borja. Fueron atacados con armas de fuego. Era dirigente de la Junta de Vecinos, militaba en las juventudes comunistas, tenía 20 años.
Myriam Carmen Pinto. 12 de enero 2021.
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